jueves, 28 de febrero de 2008

Священнaя дружинa


Los bestiarii eran esos personajes que lanzaban a las fieras en los foros romanos. Algunos, los más fuertes, eran capaces de destruir con sus manos bestias de todos los colores. Garrote va, garrote viene. Estupendo espectáculo para el espectador de la baranda que grita latinajos y escupe al personaje. Vamos por el condenado acorralado ¡Viva el león!

Pero mejor que ver la sangre y oír los gritos del que chilla en las mandíbula de la bestia, es participar en el pogrom. Ser uno con la masa enardecida. Para esto viene bien la capucha blanca y puntuda, el antifaz o la máscara; no vaya a ser que el perseguido nos persiga.

Y bueno, suficiente reflexión y referencias "cultas". A Everaldo lo perseguimos y le escupimos cargados de rabia y el devolvio su parte de gamberradas contra la cara visible de la reyerta, o sea yo. No usted señor anónimo, era yo el que iba para la mazmorra por instigar a la hoguera.

Todo este asunto generó mucha mala vibra y la reputación de Everaldo quedó en entredicho por pendejadas. Lo justo es creer en su palabra y evitar sufrimientos innecesarios.

De todo este caso quedan muchas reflexiones que Everaldo propone canalizar a través de un foro sobre "Blogs, nuevos medios y libertad de expresión" organizado en conjunto con semana.com y el FLIP. A mi me parece una buena idea.

miércoles, 27 de febrero de 2008

La miel y la leche

En otras épocas me gustaba mirar como los copetones volaban sobre las mermeladas, que no son unos tarros sino unas matas con flores anaranjadas, amarillas y rojas. Esos pájaros, que antes se veían en todos lados ya casi no existen. Están en vías de extinción como la tortuga galápagos.

Intenté buscar en google una foto del copetón, pero no conozco su nombre científico. Nada que hacer, no encontré al copetón por ningún lado. Tener un copetón en las manos es chévere, tiemblan raro y pareciera como si se fueran a desbaratar.

Hoy leí la biblia y me encontré con un pedazo en el que hablan de la miel y la leche. Supuestamente Israel, la tierra prometida, es el país de la miel y la leche. No se porque les gusta esa combinación, a mi no me parece sabrosa. El papá de Claudia es de Israel, un país que queda por allá lejos.

jueves, 21 de febrero de 2008

El colombiano herido


El profesor español Juan Antonio Garcia Amado ha dictado conferencias en la Universidad EAFIT de Medellín, publicado libros en la Universidad del Rosario y en la Universidad Externado de Colombia. Es lo que llaman pomposamente un iusfilósofo.

Cesar Rodriguez es colombiano y estudió su pregrado en la Universidad de los Andes, es Ph.D. en Sociología de la Universidad de Wisconsin-Madison, máster en Derecho y Sociedad de la Universidad de Nueva York (NYU) y máster en Filosofía de la Universidad Nacional. También es lo que llaman un iusfilósofo.

Garcia Amado y Rodríguez son ambos profesores universitarios y son ambos iusfilósofos. Los dos andan por el mundo dictando conferencias sobre derechos humanos, sociología del derecho y todos esos temas tan cheverongos como inútiles. Mucha cita en alemán, muchos titulos con tres letras, chaquetas de pana y reflexiones trascendentales. La diferencia es que Rodríguez es serio y García va de joda. O mejor: Rodríguez se cree serio.

El cuento es así: Despúes de más de cuarenta viajes a Colombia invitado por diferentes universidades y organismos internacionales, el profesor García decidió escribir sus percepciones sobre el país en su propio blog. Entre otras cosas escribe:

"(En Colombia) Proliferan los grupos de investigación y los proyectos de investigación en todas las universidades. Siempre con variantes interesantes. Unos versan sobre violencia y justicia; otros sobre justicia y violencia. Hay muchos sobre Derecho y globalización, pero no menos que sobre globalización y Derecho. Lo del género también se va metiendo poco a poco, aunque todavía se les escapa la risa y la cagan. Sociedad machista a carta cabal, los estudios de género se los hacen con afeites y medias de seda."

Todo el post va en la mismo tono burlesco sobre la idiosincrasia nacional y sobre el mundo académico-conferencial. En otros apartes se detiene en apuntes sobre las mujeres colombianas y la posibilidad de comerse unas cuantas. Chistocito y sarcástico el profesorete. Yo me reí. Rodríguez no.

Rodríguez no sólo no se rie, sino que se indigna. Afirma que su crítica contra el profesor español no esta basada en el nacionalismo -que es de gente de bajo nivel intelectual digo yo-, ni va en contra de la academia española. Para Cesar, el profesor García escribe esas cosas "porque añora una academia y unas ONG a las que les importe el sufrimiento fuera de la torre de marfil y que estén dispuestas a arriesgar la vida en el intento".

No César, lo que pasó es que se metieron contigo pajarito. Cuando Garcia Amado habla de los profesores colombianos "sin corbata" que arman grupetes de discusión sobre la globalización y el derecho o sobre justicia y violencia, o violencia y justicia citando mucho a Boaventura, se esta refiriendo a ti. Lo que realmente te molesta es que ese cínico jurista del otro lado del Atlántico se burle de lo que haces, le baje la nota a la cosa y, sobre todo, que no sea serio.

Rodriguez termina su post: "Afortunadamente tanto aquí como en España la gente seria está en otro cuento." Pero César, si usted tampoco es serio. Basta leer su blog para darse cuenta que no lo es. Y no lo es porque esta más preocupado por mover una agenda política que por "explicar el mundo" o lo que sea que hacen los iusfilosofos o iusociologos. Pero bah, esa discusión me da pereza, por lo menos el profe Garcia Amado es entretenido.

Coda: Dice un colombiano anónimo en el blog del chapetón: "USTED ES MUCHO HIJUEPUTA, LE HIZO FALTA QUE SU MAMA LE PUSIERA LA MANO DONDE LE PONÍA LAS TETAS, ADEMÁS DE SER UN POBRE VIEJITO MORBOSO es un mediocre que hace las cosas solo por plata, aparezcase de nuevo por ese país por favor. malparido" ¡Asi se habla muchacho!
P.D. La foto es de Garcia Amado.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Pasa

Y si, a veces pasa...

martes, 19 de febrero de 2008

Nuestra guerrita

Cuando a principios de los noventa se desmovilizaron algunos grupos guerrilleros, entre estos el M-19, su número no superaba los 2.000. Hoy, de acuerdo con varias fuentes, las FARC cuentan con entre 15.000 y 30.000 combatientes y en los últimos años el número de guerrilleros dados de baja o desmovilizados anualmente esta cercano a los 3.000. No hace falta ser un matemático para darse cuenta de que actualmente el ejercito aniquila cada año el equivalente a tres eme diecinueves.

La guerra de hoy no es la misma de hace cinco, diez o veinte años y sin embargo, para la mayoría de nosotoros parece un mismo plano secuencia. Una guerra por allá detrás de las montañas en esas rastrojeras con nombres repetitivos: Bellavista, El Retorno, Puerto cualquiercosa. Es cierto que el cerebro humano no es muy bueno para comprender las variaciones de cantidades, sobre todo cuando estas crecen más allá de un cierto umbral. Treinta muertos aca, mil desplazados por allá. Da igual, es esa misma guerra eterna.

Da igual que las FARC tengan hoy el tamaño del ejercito de Uruguay, mientras que el M-19 era sólo una parranda de fanáticos muertos de hambre. La percepción sobre el tema no ha variado mucho en el público citadino. ¿Por qué? Porque la percepción no depende realmente de la magnitud del conflicto sino de otras variables, como el impacto mediatico de las acciones de los grupos violentos y el tratamiento que los medios de comunicación le dan al tema.

El M-19 no era tenebroso porque fuera una amenaza real para el gobierno, sino porque sus actuaciones eran espectaculares: tomas de embajadas, secuestros de personalidades, y bueno, mucho show armado. Las FARC, por su parte, destinan sus mensajes de poder a la gente que vive en las rastrojeras en donde no llega RCN ni Caracol. Fueron dueños y señores de media colombia durante casi una década y a nosotros nos parecian una simple continuación de los grupúsculos del eme.

Hoy la guerra es más grande, más cruel y más violenta que nunca en la historia de este país. De lejos puede ser considerada como un conflicto armado bajo cualquiera de los parámetros académicos que lo definen. Pero según el creador de la doctrina Uribe, aca lo que hay es una amenaza terrorista.

domingo, 17 de febrero de 2008

Cuerpo de doctrina

Desde hace un rato José Obdulio Gaviria se ha dedicado a escribir y predicar el "cuerpo de doctrina" del uribismo. No son las memorias del Uribe, ni una colección de sus pensamientos o de su obra: son una doctrina, o mejor, su variación griega, un dogma.

Si hay un patrón en las actuaciones de José Obdulio y en los círculos que controla (la fundación Rumbos, por ejemplo) es el carácter dogmático de sus proclamas. Al asesor no le interesa debatir o discutir, esta interesado en convertir y predicar. Los argumentos que utiliza son los mismos y su discurso no varia. Jamás dice, bueno, puede ser, es posible que las cosas sean diferentes o más complejas.

Contra toda evidencia empírica, por ejemplo, se empeña en afirmar que en Colombia no hay conflicto armado. Ese principio hace parte de su doctrina y lo predica con la pasión con la que un cura predica la inmaculada concepción. Toda su tarea de adoctrinador y predicador esta disfrazada de "esfuerzo intelectual". Sus amigos en la fundación rumbos son profesores universitarios y al asesor le gusta mantener un aura de académico.

¿Hasta donde va a llegar el temita del cuerpo de doctrina uribista? ¿Cual es el siguiente paso? ¿Adoctrinar?

lunes, 11 de febrero de 2008

El caso de Carimagua

Según El Tiempo y las declaraciones de varios funcionarios de la Procuraduría y del Ministerio de Agricultura, el Gobierno decidió cambiar la destinación de 17.000 hectáreas de tierra en el Meta que en un principio iban a ser destinadas a desplazados por la violencia. La idea del Gobierno consiste en dar en concesión la tierra para que sociedades privadas la exploten con cultivos de caucho, palma o maderables durante 50 años.

Como es obvio, la noticia ha caldeado los ánimos de muchos que consideran que el cambio de destinación es inhumano e injusto (incluso señalan de mala fe que la cosa tiene relación con los paramilitares) . Sin embargo, resulta interesante analizar el tema de manera menos apasionada.

En el caso de este terreno el gobierno tiene varias opciones que giran en torno a dos ideas extremas. La primera es intuitiva y consiste simplemente en dividir el lote en 700 parcelas de 15 hectáreas y entregarlas tituladas a las familias desplazadas. La otra consiste en dar en concesión el terreno para que privados inviertan y la exploten.

Si se adopta la primera opción en su forma pura, es decir, sin otorgarle subsidios a los desplazados para la infraestructura y la siembra de cultivos. Estas personas a duras penas podrían autosostenerse y el proyecto fracasaría estrepitosamente. Si deciden, por ejemplo, subsidiar la siembra de caucho para beneficio de dichas familias, la inversión inicial sería cercana a los cuarenta mil millones de pesos y se deberían destinar subsidios directos para el sostenimiento de las familias durante los cinco primeros años (hasta que el caucho pueda explotarse). Si el cultivo funciona, cada familia recibiría ingresos mensuales cercanos a los quince millones de pesos durante 30 o más años.

En el otro extremo está la propuesta del Gobierno, el cual busca lograr una renta fija de la concesión del terreno que seria supuestamente destinada a los desplazados en general. El primer problema es que el Gobierno le habría faltado a su palabra a los desplazados escogidos (lo cual mina la legitimidad y seriedad del gobierno) y el segundo, que las rentas irían al tesoro nacional y no necesariamente a los desplazados. Lo bueno de este modelo es que generaría cerca de 2500 empleos a gente de la región sin necesidad de que el Estado invierta o arriesgue un solo peso.

Como en todo, hay muchas experiencias intermedias que podrían aplicarse. Por ejemplo, podría aplicarse el modelo de los laboratorios de paz en donde el gobierno pone la tierra, los campesinos se organizan en cooperativas y son contratados por una sociedad privada que se encarga de las inversiones de capital. Como todo, tiene problemas -sobre todo de coordinación-, pero es una opción menos ingenua que la primera y menos abusiva que la segunda.

viernes, 8 de febrero de 2008

!Pa fuera!

Acabo de colgar con alguien de dinero.com y, tararín tararán, ya no tengo blog en ese portal. No les gustó que dijera que los blogs en esa revista eran un relleno -que lo son-. Le mordí la mano a los que no me daban de comer. Tal vez, les mordí la mano precisamente porque no me daban de comer.

Ese es el costo de no pagarle a los que redactan para ellos, se sublevan y les escupen en la cara, o destinan el espacio virtual para promocionar sus negocios, o se roban los esferos y el papel. Se levantan porque no tienen nada que perder.

Y lo de siempre, los colombianos no soportamos la crítica. Ni siquiera esa que llaman "constructiva" o "respetuosa". Aquí toda critica -póngale el eufemismo que quiera- es un insulto, una grosería o una falta de respeto. En consecuencia, nos indignamos, y si tenemos poder, nos vengamos. Pocas veces hacemos lo normal: responder a la crítica con un argumento, un chiste o una carcajada de me-vale-huevo lo que usted dice.

miércoles, 6 de febrero de 2008

¿Quién entiende a los artistas?

Si hay algo que molesta a un artista, o a un conocedor del arte, es oir en un museo a un personaje que dice: "eso lo podría haber hecho yo". Esa combinación de palabras es suficiente para que el personaje sea tomado por inculto, superficial o del signo del escorpión con ascendente virgo.

La explicación es que uno no entiende "el mensaje detrás de la obra". Uno, que es un burgues mezquino e inculto, no le cabe en la cabeza que ese portaretratos roto y tirado en una esquina no sea básura, sino una busqueda de la contraposición de esta forma de entender el retrato, ampliando su significación y tratando de aunar la visión "universalista" con otra individual y compleja capaz de convertir al retrato en una escena plagada de recovecos y estructuras capaces de generar en el que la contempla una lectura dual.

Entonces lo que importa no es el objeto de arte, sino la carreta detrás del objeto. Pero amigo artista -¡newsflash!- la carreta también la podría haber hecho yo o su amigo el bachiller. Y ahí es que se pone bonito ¿Que hace uno con la carreta? Acaso le dice al mirón de al lado -mmm, que gran reflexión sobre las miradas complejas- ¿o también me tiene que parecer preciosa la explicación idiota sobre la basura?

Decir: "eso lo habría podido haber pintando yo" es el abracadabra que abre la puerta hacia afuera del club de los artistas. Si quiere entrar en el clan de los amigos del arte, la receta es fácil: camine despacito en la galería con cara reflexiva y nunca, pero nunca, se le ocurra si quiera pensar que ese palo con felpa rosada lo habría podido hacer un infante.

lunes, 4 de febrero de 2008

La tal marcha desde adentro

Salí a marchar y a mirar como era la cosa. Antes de la marcha muchos opositores señalaban la posible captura de la protesta por sectores uribistas y, también, el carácter guerrerista de la misma. Ni lo uno, ni lo otro. La mayoría de la gente caminaba sin gritar arengas y cuando gritaban, lo más común era oir "libertad, libertad" o la letra del himno nacional.

Antes de la plaza de Bolivar me topé con un grupo de skinheads mulatos y meztizos que gritaban "no más Chavez, no más FARC", ondeaban banderas y una pancarta en donde afirmaban ser anticomunistas y anticapitalistas, que viene siendo una forma oscura de indicar su filiación nazi (¿o que más pueden ser?). Cuando terminaron con las arengas, y despúes de preguntarse en voz alta y cantadito dónde están los rojos, la gente de alrededor -embobada con lo folclórico del grupo- cerró el show con unos aplausos suavecitos y casi inaudibles.

Más adelante nos encontramos con los viejitos seguidores de José Obdulio y su grupo de Pensamiento Primero Colombia. Sólo les oí gritar "no más FARC". Hasta ahí llega el pensamiento de primero Colombia.

Entre ese punto (alrededor de la 22) y la Jiménez, el patriotismo era más palpable. Mucho abanderado batiendo el pabellón nacional como si de eso dependiera su vida y más Oh glorias inmarcesibles. El fervor patrio también venia acompañado del rechazo a Chavez: que se callé, que terrorista, que Go Home, que le van a coser la jeta con alambre de puas. Otros patriotas mostraron su rechazo a las FARC diciendoles que se fueran "de nuestra patria".

En la plaza pude ver a los unicos miembros del Polo, eran poquiticos teatreros -o eso parecian- y cargaban unas pancartas contra la guerra y a favor del acuerdo humanitario. A su lado, un grupo de mozalbetes uribistas les gritaban "no más Polo", como buscando camorra, pero nada pasó.


La marcha estuvo enorme, la movilización fue abrumadora y el discurso -entre todo- fue bastante moderado y al punto: No más FARC. Ahí van unas fotos que ilustran lo escrito.


Neonazis mestizos y mulatos








Miembros del Grupo de Pensamiento Primero Colombia. (El de gorra: a.k.a"Jaime Ruiz")



Anti-Chávez



Patriota





Los dueños de la Patria


El ¿por qué no te callas? en versión carrilera.

Oda a la lechuga batavia

Hace rato que no uso en mis ensaladas la lechuga batavia. Para los que no saben, esta lechuga es una bola de hojas verdes apretadas y claritas muy popular como adorno en los restaurantes estancados en el tiempo como La piazzeta. A medida que avanza la globalización de las modas culinarias -o del esnobismo- retrocede lentamente el consumo del otrora arquetipo de la lechuga.
Hoy en los supermercados encontramos lechuga crespa, crespa morada, lisa, escarola rizada y rúgula. Ya no esta bien visto hacer ensaladas de batavia: es un tanto vulgar. La moda es usar un mezclum de todas las variedades de las asteráceas, salvo claro, la batavia. Lentamente esta bola verde se está convirtiendo en un símbolo del pasado, de lo mañé. Va para el cajón de las cosas no sofisticadas, de los anti-símbolos de status.

Probablemente como dicen por ahí, la moda circular nos traerá de nuevo a la batavia, una batavia renovada lista para desbancar a sus hermanas flacas. Mientras tanto, La Piazzeta seguirá acompañando sus platos estancados con la más barata de las lechugas. Y yo la compraré como símbolo de resistencia.