miércoles, 29 de abril de 2009

Lenguaje Hohfeldiano

Carlos Gaviria necesitó cinco mil ochocientas ochenta palabras, tres “posibilidades hermenéuticas” y el uso de un “lenguaje hohfeldiano” para sustentar la decisión de no penalizar el consumo de la dosis personal. Los prohibicionistas de ahora, desconociendo el lenguaje hoefeldiano y las recomendaciones hermenéuticas de Gaviria, sustentan su posición en argumentos tomados de alguna junta de padres de familia, aderezados con palabras amigables como “profiláctico” o “terapéutico” e inspirados en el padre Astete..

El asunto es hilarante porque prohibir o no prohibir el consumo de la dosis personal tiene efectos marginales en la lucha contra las drogas (y probablemente también en el consumo). Ni antes ni después de la sentencia la policía ha perseguido a los que andan con menos de veinte gramos de marihuana o cinco de cocaína, y menos aun, ha tenido los medios para saber cuanto pesa cualquier cosa. Desde que me acuerdo, en Bogotá han funcionado varias ollas (en la 116, en la 85 y quien sabe donde más) sin que las autoridades hayan desarticulado estos mercaditos llenos de sustancias estupefacientes y psicotrópicas.

Los amigos de la prohibición explican la existencia de estos mercados por la falta de normas que penalicen el consumo de unas dosis ínfimas. Se les olvida, convenientemente, que el Código Penal contiene varias disposiciones que penalizan “el estimulo al uso ilícito”, para lo cual es irrelevante si el vendedor tenia cinco, diez o un millón de gramos encima. También le les escapa el hecho de que sigue siendo delito (con penas que van de 8 a 20 años), portar drogas que excedan la dosis mínima. Bastaría tener un comandante de Policía muy proactivo y unas cuantas balanzas para encanar a miles de jóvenes que andan por ahí con dosis personales mal pesadas.

Tal vez eso si disuadiría a los adictos, los haría orinarse ante el poder inclemente de la bota policial, llenaría las cárceles y se estimularía la industria de las pesas y balanzas. Pero para eso no se necesitan debates con lenguaje hoefeldiano, ni reformas constitucionales, se necesita lo que siempre se necesita acá, implementar lo que se tiene.

4 comentarios:

*Maru dijo...

Hey... ¿cómo estas?

Implementar lo que se tiene... y hacer cumplir la ley con sentido común. Algo que parece utópico...

Saludos.
Nos seguimos leyendo.

JuanDavidVelez dijo...

A la primera mirada todo ese revuelo que se armo en la prensa con la dosis personal me parecio exagerado. La verdad es que sigo sin saber si la cosa merecia tanta opinion. Lo que si se es que a mi me daria muchisima rabia que me prohiban fumar, estoy de acuerdo que no se deba hacer en espacios publicos cerrados, pero de ahi a que prohiban fumar pues me pareceria un abuso, eso sin importar que fumar sea muy pero muy malo, pero es problema mio. Me imagino que a los marihuaneros les pasa igual.

La otra cosa es que el gobierno algunas veces sale con unas ridiculeces de un tamaño de verdad grande, yo he ido al manicomio municipal de visita, yo se como tratan a los locos, les pegan tremenda sedada y listo (por lo menos asi era hace 20 años que fui de visita). Para que vengan a decir que van a tratar a los mariguaneros. ¿De cuando aca les importa la salud mental?.

Porque les da por esos embelecos tan sin sentido, eso no tiene ni pies ni cabeza, eso no lo puede justificar nadie. Pero no estoy hablando de filosofia y libre personalidad, estoy hablando es en la simple practica policial.

Pero bueno.

Apelaez dijo...

maru, bienveninida. estare visitando por alla.

Juandavi, a mi tambien me parece una tonteria eso de ponerle cosas "terapeuticas" al capricho de prohibir por prohibir. Si lo que quieren es represión, adelante, pero que dejen la maricada.

Carolina Andújar dijo...

Cierto. Juajuajua, está muy bueno, Carrot.
Yo creo que deberían legalizar todo, que cada quién haga lo que quiera. Pero mientras sea ilegal pues, carajo, es ilegal. No hay que hacerlo un asunto lúdico.