martes, 19 de junio de 2007

Dxiando en la short wave

Mis oídas de radio se suelen limitar a las frecuencias en F.M que van del 88.9 al 107.9, y ha visitas furtivas al mundo del A.M. Hasta ayer, pensaba que el universo radial tenia unos limites muy claros y que todo el mundo giraba alrededor de esas frecuencias. Resulta que no, que el radio, como el espectro lumínico, abarca más de lo que uno ve. Si uno tiene acceso a un radiecito multibanda (de esos que tienen en las fincas o en la guerrilla) es posible oir el equivalente a los rayos infrarrojos del espectro: el SW o Short Wave.

Los yanquis, que son los maestros en convertir cualquier actividad en hobby sofisticado, han bautizado el ejercicio de buscar y oír emisoras en SW (y en otras frecuencias perdidas) con el titulo de "Dxing", en donde D significa distancia y X: lugar desconocido. En otras palabras, dxiar, es oir emisoras extranjeras de manera sistemática.

Si en las bandas normales uno oye vallenato, tropipop, juanes, fútbol, vallenato; en la dimensión desconocida la cosa es bien diferente. Las emisoras en estas frecuencias vienen de los lugares más remotos del planeta y generalmente tienen más parlamento que música. En el poquito tiempo que estuve de radioescucha, pude oir emisoras chinas, alemanas, "Radio Habana Internacional", "Radio Rusia" y la radio oficial de Venezuela en donde trasmitían un homenaje al glorioso Ché Guevara y un recuento de las noticias a la manera chavista. Estas emisoras, a diferencia de sus hermanas en las frecuencias normales, no transmiten durante 24 horas sino que van apareciendo y desapareciendo esporádicamente del dial para darle espacio a otras. Así, es factible estar oyendo radio habana, y cuando se le termina su cuarto de hora, empezar a oir, en la misma frecuencia, una radio iraní o de cualquier otra parte. Esta situación hace que la escucha en estas frecuencias sea infinitamente más variada que en el espectro visible de la radio, y que por lo tanto, sus escuchas pertenezcan a otro tipo de persona.

Por cuestiones atmosféricas, las ondas de radio solo rebotan en la ionosfera en las horas nocturnas, y por lo tanto, los dxiadores, como los vampiros, sólo pueden ejercer su hobby del crepúsculo al amanecer. Estos radioescuchas profesionales no sólo se contentan con oír, grabar y registrar lo que pasa en las emisoras más extrañas y de los lugares más alejados del planeta, tambíen, como un burocrata colombiano, les interesa que se les certifique debidamente su escucha. Para esto, despúes de oir por varias horas una emisora extranjera, anotan el apartado postal de esta y le escriben pidiendoles un "QSL", que viene siendo una especie de diploma en donde la emisora certifica que el radioescucha efectivamente oyó la señal: "Se confirma que el licenciado Mika Scholemberg escuchó el día 17 de enero de 2004 de las 3:22 a las 3:30 -hora de Tumaco, Colombia- la programación de la emisora XXX"

Los navegantes más avezados del otro lado del espectro; los Conde Drácula de los radioescuchas, no se conforman con las frecuencias de radio convencional. Con sus equipos profesionales se especializan en "emisoras utilitarias", es decir, en esas emisoras que no son emisoras, sino medios de comunicación entre, por ejemplo, la embajada de Etiopía en Washington y la Cancillería en Adis-Abeba.

La próxima vez que tenga un radiecito multibanda voy a ver como se le puede sacar más el jugo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Será que dependiendo si se está en una ciudad o en una zona rural mejora o empeora la señal? Por que cuando yo era un chiquitín me ponía a oir SW cuando iba de vacaciones a Santa Fe de Ant y era fácil coger la señal, pero no me acuerdo si acá en Bogotá era igual de fácil.
JFBR Zen