La emperatriz del Congo
Cuando Piedad Córdoba empezó su carrera en el congreso solía vestir de acuerdo con los parámetros típicos: sastrecito oscuro, pelo largo y alisado y maquillaje sobrio. Su retórica retomaba los mismos lugares comunes que repetían sus copartidarios. En esas épocas recurrió al bisturí para disminuir su nariz africana y templar las arrugas que deja la edad. Piedad quería ser parte del establecimiento.
Además de convertirse en un maniquí recordatorio de tradiciones inventadas, Piedad quería y quiere que sus prendas expresen sus ideas, sus pasiones. Por eso en Venezuela se viste de rojo del zapato hasta la punta de su gele chibiado. Es que ella es chavista, bolivariana, roja rojita. También es rebelde y antiimperialista, por eso en las marchas se pone su keffiyeh palestino. Pero no se lo pone en la cabeza como Arafat, no, para eso tiene su gele símbolo de la africaneidad. Se lo pone como un pañolón, cubriéndole la espalda como si fuera una manola española. Raro.
Piedad se ve ridícula, se ve casi tan ridícula como se vería mi esposa si le diera por reconectarse con sus raíces y paseara por Bogotá vestida así:
18 comentarios:
Apreciado Machete,
Usted dejó un comentario en mi blog. Yo soy el amigo de Alf Onshuus. Mi conexión con Israel es doble: a.) he vivido allá cuatro años, aunque en el momento resido en NY, y b.) estoy estudiando para ser rabino. Esa es mi situación allá.
Espero haber contestado la pregunta,
Bloom
Buen blog, BTW.
Bueno, no sé de que se queja, cuando su querido Alvarito se pone el sombrero, la toalla al hombro (a lo tirofijo) y la pinta de paisa verraco si está en un mitín popular y luego va vestido de corbatica y traje en las reuniones con "politicos serios", blancos anglo sajones con platica, como sus socios gringos. Supongo que en ultimas que eso le pasa a todo político populista ¿No?
Maldoror. Creo que confunde un poncho con una toalla. Pero bueno, licencia poetica quizas.
Estoy hablando de la vestimenta de Piedad Cordoba, no me gusta me parece espantosa y hasta ridicula. Usted puede decir lo mismo del carriel del presidente o de las camisas quechuas (?) del presidente Correa, hagalé, pero no me critique porque no escribo lo que usted piensa.
Apelaez:
Es eso de ver la paja en el ojo ajeno..etc
Igual el punto mas general sea que los politicos como Piedad, Uribe o Chavez estan cortados con la misma tijera a la hora de expresarse con su vestimenta. Quizas sea lo latino en ellos...
La vestimenta comunica muchas cosas. No es sino ver la transformación de chavez: de liqui liqui azul a guayabera roja. O a Uribe cuando se va de visita a los pueblos, en fin.
Creo que esa foto fue tomada en un concierto de reggaeton en Venezuela. Ahí mismo, Piedad, pide libertad por los presos políticos que están en las cárceles de Colombia...Secuestro de civiles, atentados a poblaciones y narcotráfico resultaron siendo delitos políticos. Por eso es que los venezolanos juran que los guerrilleros son presos políticos; "están en la cárcel por pensar distinto".
En cuanto al keffiyeh, hasta dudo que Piedad sepa lo que ha llegado a representar el que lleva puesto.
Yo lo que me pregunto es hasta donde llega el juicio estético, y donde comienza el ideológico.
Hay que ver cómo cambió la posición ideológica de Molano cuando aceptó el cambio extremo de SoHo, o la pluma marginal e incendiaria (o pretendidamente marginal e incendiaria, si se quiere) de Efraim Medina cuando se hizo bajar el narizononón que tenía.
Lo digo porque ante mi mente retorcida, ciertas versiones socialconservadoras del neoliberalismo se ven tan contrahechas, tropicales y falsas como los atuendos pretendidamente étnicos de misia Piedad.
Por eso, nada como los rubios bien bañaditos y encorbatados como Mini-mi Arias, que van a misa y le dan plata al Opus Dei. A él seguramente hasta bailar reggaetón le queda muy fino.
mmmmm... para modas urbanas escandalosas, los judíos, efectivamente...
excelente tu artículo y muy entretenido. hay alguien que comentó acerca de la ideología, creo que Chávez y mucho menos Piedad ya tiene ideología. De hecho, fue una mezcla de teoría refritas del pasado. De la revolución bonita, que no tenía ningún contenido, pasamos al socialismo del sigo XXI, que si se lo lee con detenimiento, es puro bla bla bla. Así está el país. Lo que pasa es que nadie lo sabe porque Chávez no se ocupa de lo que pasa, no se ocupa de lo quiere la gente, del hambre que hay, del desabastecimiento, de la negación de tener dólares libres, de la absoluta dependencia de los poderes públicos. Y Piedad que venga a Colombia a ocupar su cargo de senadora en lugar de andar pavoneándose en Venezuela y bailando ique salsa, ¡¡patético!!
Hasta en Venezuela ya se aburrieron de Piedad. Vea esta columna de El Nacional.
Milagros Socorro
Canje humanitario
20/01/2008
Visto el vacío que ha dejado en Venezuela doña Clara González de Rojas, quien ha hecho de la elegancia una forma de resistencia frente a la barbarie, propongo un canje humanitario: nosotros devolvemos a la senadora Piedad Córdoba a Colombia y la hermana República nos envía a doña Clara. Este intercambio sería un gesto verdaderamente humanitario para los venezolanos, que amanecimos a un enero signado por un alza violenta de los precios, en un contexto ya desesperante por el desabastecimiento. Tan irracional es el aumento del costo de la vida que este factor ha logrado equipararse con la inseguridad ciudadana en la lista de azotes de Venezuela.
Una sociedad abrumada por tales males no puede, a la vez, lidiar con la ruidosa senadora Córdoba. Todavía no nos habíamos repuesto de la impresión causada por la imagen de la congresista colombiana descendiendo en un claro de la selva (donde se cumpliría la liberación de las dos rehenes de las FARC), embutida en un conjunto de lycra y llevando un bolso de la más reciente colección de Louis Vuitton, cuando la primera plana de este diario nos la muestra fotografiada en medio de una juerga y en actitud de estar cantando en público. A esto debe agregarse el constante goteo de fotos suyas circulando en Internet, donde se la ve abrazada con guerrilleros de cuyos cuellos se guinda al tiempo que sostiene el ramo de flores que ha recibido de ellos; posando en costosas habitaciones de hotel en Caracas o bailando en un concierto.
Los colombianos deben tener compasión de nosotros, que al llegar de las vacaciones de diciembre topamos en los supermercados con bandejitas de chuletas... cinco chuletas... con una etiqueta que pone que cuestan 23 bolívares. Esto es, 23.000 bolos. Y encima tenemos que escuchar a Piedad Córdoba refiriéndose a las víctimas de las FARC como "retenidos" y no como lo que son, secuestrados. Eso para no mencionar las pestañas postizas que se amarró el día que viajaría en helicóptero para la selva (evidencia de su determinación a tomar parte en el show montado por Chávez para la ocasión). Es mucho.
Una cosa o la otra. Con las dos no vamos a poder. Y, como ya nos hemos resignado a que los precios no van a bajar, sólo nos queda recurrir al canje humanitario: Piedad por doña Clara. Dicharachera congresista aderezada con aretes y anillo de la casa Bulgari por discreta señora, definida por el diario Le Monde con el juego de palabras mère d'otage, mère coura ge (madre de rehén, madre coraje) en alusión, de paso, a la obra de teatro de Bertolt Brecht que presenta la entereza de una mujer expuesta a una guerra en la que pierde a sus tres hijos.
Sería una iniciativa piadosa para todos. La propia Córdoba sería la primera beneficiada con un intercambio que la saque de aquí y la devuelva a su patio, donde unos electores deben estarse preguntando si es que ella los va a dejar tirados eternamente, si es que no piensa presentarse a su puesto de trabajo en la comisión séptima del Senado, que, por cierto, trata asuntos laborales.
Si nos hacen la caridad y se la llevan, Piedad Esneda podría celebrar su cumpleaños este jueves 25 de enero en su país y taparía la boca de quienes dicen que ella se ha tomado tan en serio el título de "senadora virtual" (obtenido por su empleo de las tecnologías de la información en la difusión de sus mensajes) que cumple sus funciones a través de la red, inhibiéndose de apersonarse en su curul. Y los colombianos tendrán la ocasión de preguntarle de dónde han salido los fondos para las costosas prendas que componen la toilette de la senadora, quien comparte con el presidente Chávez el hecho de haber nacido de la unión de dos maestros de escuela y, sobre todo, su fascinación por el lujo y su tendencia a ostentarlo. Ninguno de los dos es buena junta para el otro. Háganle un favor, rescátenla.
Para nosotros será un honor recibir a doña Clara -quien en estos seis años de padecimiento por el cautiverio de su hija se ha refugiado en su casita de las afueras de Bogotá para ver crecer sus rosas- y reconocerla como modelo de sobriedad, de perdón, de compostura, de recato, de perseverancia, de dignidad, de buen castellano, de correcto comportamiento con los periodistas y saber en todo momento en qué bando se encuentran sus simpatías y su noción de lo que es justo.
Excelente columna la de Milagros Socorro... Si Chavez está tan dispuesto a joder a los colombianos, allá se tendría que quedar la inaguantable Piedad Enelda, para que joda un poco a los venezolanos a punta de chabacanería y de jugosos viaticos untados de petroleo ajeno...
ah, sí... creo que la "radicalización" de piedad córdoba tuvo más que ver con su secuestro vía paracos.
Creo que usted falta a la verdad cuando dice que fue por fraude que le quitaron la curul, fue por mal conteo de votos. Que no es lo mismo ni es igual. No porque alguien nos caiga mal o nos rebota la bilis, lo vamos a acusar de cosas que no son, es antiético.
No falto a la verdad, fue fraude electoral. Lo que se debe aclarar es que no fue responsabilidad de Piedad Cordoba, ni de los demás que perdieron la curul.
Que la vestimenta dice mucho es de pergrullo, por lo que no estoy de acuerdo con que minimice el tema poniéndole la categoría de pendejadas. Entre otra vainas, chávez se tiró las camisas rojas...
Y Juanes se les tiró las camisas negras a los anarquistas y a los facistas. Deberían ir y cascarlo.
el comentario hacia la vestimenta de los judíos me pareció un tanto estúpido.
Publicar un comentario