viernes, 11 de mayo de 2007

Debate práctico sobre la objetividad y las relaciones de poder

Hace poco pegue un post sobre la Política de extranjeria colombiana que también mande a una página web para ver si la publicaban. No lo publicaron, pero me quedó una lección práctica sobre la objetividad en el periodismo y las relaciones de poder. A continuación se detalla el aprendizaje:

Primera comunicación: Solicitando permiso para escribir un artículo –gratis, por cierto-.

Quiubo Leí el blog y me pareció chévere, como le puse ahí, tengo mis reparos frente a las políticas pro-inmigrante a rajatabla, pero bueno, le escribo para ver si me deja escribir un articulo sobre la política migratoria colombiana. Porque todos nos rasgamos las vestiduras frente a que los gringos ponen mucha traba, los europeos lo mismo, pero yo que tengo señora extranjera he vivido en carne propia los requisitos tan absurdos de la legislación colombiana frente al tema, así es que viene siendo bueno mirar la viga en el ojo propio.

Segunda Comunicación: Respuesta del editor.

* Primera lección sobre la objetividad: si se tiene cercanía con el tema la objetividad está en juego.

Hola. Que pena que no le respondí antes pero he tenido unos días de mierda. Me parece buena la sugerencia de sacar un artículo de eso, pero lo que no me parece es que lo escriba usted, porque es una persona demasiado cercana a alguien que se ha visto afectada por la cosa.

Lo que podemos hacer, si le parece, es que yo lo escriba y podría utilizar el caso de Claudia y de otros extranjeros para ilustrar el sistema tan cerrado y tan difícil que tenemos, pero más como reportaje y no como columna de opinión de un colaborador externo. Y lo que podemos hacer adicionalmente es de pronto programar un chat sobre el tema, y lo invito a usted y a otros a que opinen lo que quieran sobre eso. Dígame si le parece o no.

Tercera Comunicación: Respuesta y contrapropuesta.

Hola. Bueno, leí demasiado tarde su mail, ya escribí el artículo violando las normas sobre objetividad periodística supongo. Igual no es sólo mi opinión, es la realidad, esta en las normas.

Se lo adjunto para que procedan como decidan.

Puedo también participar en el Chat si así lo programan. Saludos, AP

Cuarta Comunicación: el editor se niega.

* Segunda lección de objetividad: prohibida la primera persona.


Ya lo miré y me parece que sigue siendo demasiado personal, con juicios de valor y por eso no lo voy a publicar. Vuelvo a hacerle mi oferta- escribimos un artículo sobre el tema porque es importante y me parece que es justo que se mire como funciona acá la cosa, pero no a manera de columna de opinión sino con hechos, con fuentes, y con casos concretos de inmigrantes que lleven acá un buen tiempo y nada que se pueden volver colombianos y se quejen sobre el sistema.

Quinta Comunicación: la historia no la escriben los vencidos. (Replica al editor)

Vale, de acuerdo, el artículo es personal y es escrito desde mi perspectiva y son ustedes quienes deciden cuales deben ser las características de los escritos que se cuelgan en su página (“se prohíben los coloquialismos, el estilo del lenguaje hablado, el uso del yo y, desde luego, la opinión personal. En lugar de eso, son de rigor el lenguaje neutro, las citas de fuentes y el uso de estrategias persuasivas como la descripción de los hechos, el recurso a testigos cercanos y a representantes de la autoridad, el manejo de cifras y porcentajes: edades, fechas, hora de los hechos, peso, tamaño”).

Sin embargo creo que aun cuando el artículo tiene un tono personal, no se encuentra basado en prejuicios o juicios de valor sacados de la manga (¿Que artículo no tiene algún juicio de valor? Incluso los suyos tienen mucha opinión personal y eso los hace más valiosos, ¿no?), cada uno de los párrafos tiene un sustento. (Como los anote al margen en el texto que adjunto por si quedan dudas).

Para empezar, el marco teórico lo saque de THE ECONOMIC ANALYSIS OF IMMIGRATION George J. Borjas* publicado por la Universidad de Harvard, artículo que me motivó para criticar lo que considero lugares comunes en el tema, y sobre los que se basan muchos de los artículos publicados en Colombia, incluidos algunos de los que ustedes publican. De hecho, primero quería escribir solamente sobre ese “sesgo” y quería titular el articulo como “el efecto Von Restorff”, que es un sesgo cognitivo que mueve a la gente a mirar siempre lo que resalta, y que en este caso, sería el trato a los emigrantes ilegales en EEUU por encima de muchas explicaciones que subyacen a las políticas públicas sobre el tema.

Después se me ocurrió lo de Colombia, pues aun cuando Claudia no ha tenido ningún problema con la extranjería del DAS, si tuve que leer las normas para saber como era la vuelta y que debíamos hacer. Ahí me pareció exagerados los requisitos que piden acá y los comparé, primero con otros países similares a Colombia, como es el caso de Chile o Argentina, y después con España y el resultado fue que en Colombia el trámite es más demorado e igual de engorroso, que en estos países, incluida España, que se supone debería tener más restricciones.

Respeto la decisión de ustedes de no publicar algo por considerarlo “demasiado personal y con juicios de valor”, supongo que para ustedes los artículos deben evitar juicios de valor explícitos, opiniones personales y en general, cumplir con un cierto “cánon”. Como lo afirmé, y lo pueden corroborar en el escrito con todos los sustentos que anexo, el artículo esta sustentado en datos, no en caprichos, en cifras y no en cábalas, en leyes y no en chismes, y sí, tiene un estilo “demasiado personal”, pero como diría el poeta maldito “Style is a difference, a way of doing, a way of being done”. Mi humilde opinión, que comparto con Javier Dario Restrepo, es que “todos esos recursos al servicio de la objetividad, de hecho no crean objetividad sino una ilusión de objetividad, porque es posible aparentar impersonalidad, manejar fuentes, citar cifras y porcentajes y convertir todas esas tácticas en simples coartadas”.

Creo de hecho que son las miradas personales y los “sesgos” subjetivos lo que muchas veces generan valor a la lectura, creo que su página se enriquecería con múltiples miradas “subjetivas”, con muchos “yoes”, y primeras personas. Se enriquecería con lo que piensa la gente de acá y de acullá, los halcones y las palomas, los cínicos y los mamertos. El lector debería ser el verdadero protagonista, el que decide a quien creerle y a quien no. Yo los invitaría a eso, a que me corrijan, me editen, me pongan un disclaimer (“las opiniones del autor no comprometen a .... bla bla bla) y hagamos una discusión argumentada en línea. Sus argumentos versus los míos, generar un dialogo, despertar al lector y que sea él, y no los webmasteres o los editores, quienes decidan sobre el tema (y que también piensen, opinen, se pongan bravos y vociferen), en vez de su propuesta de escribir un reportaje “neutro” que cumpla con todos los requisitos del cánon.

Sexta comunicación. Respuesta del Editor

* Tercera ley de la objetividad: Gústele o no la objetividad la define el dueño.

Acá no estamos prohibiendo nada, sencillamente estamos redefiniendo un enfoque sobre un tema, gústele o no, y para bien o para mal así funcionan las cosas y así lo vamos a seguir manejando. Todos los medios deciden que incluir, como enfocar, como editar un texto o no.

No se gaste su tiempo armando toda una justificación para que publiquemos algo si ya la decisión está tomada.

Séptima comunicación. Cerrando el tema.

Yo no he dicho que ustedes me están prohibiendo algo. Todos los medios deciden que incluir y que no incluir y yo soy respetuoso de las reglas. Yo no escribo para que me publiquen en XXXXXXX o en otro medio, no soy periodista ni quiero serlo, escribo porque me gusta.

El hecho de que me publiquen ustedes o me lo guarde en mi gaveta ni me quita ni me pone nada. De hecho ni siquiera devengo un céntimo por esto, me gusta y ya. Por otro lado no quiero que un ejercicio académico (en últimas inútil y fútil-como todos estos ejercicios-) se convierta en un problema personal y que de los argumentos se pase a los agravios.

En ningún momento mi intención fue generar un conflicto, simplemente quise presentar una crítica respetuosa sobre un tema que no solamente ha sido investigado por usted, mis argumentos son sólo argumentos. No es un ataque personal, yo respeto su posición, la respeto tanto que siempre la leo y me parece que mis críticas (así no le gusten) la benefician más, como profesional y como persona, que una adulación vacía.

Me tomé el trabajo de armar una justificación para que ustedes vieran que mis opiniones no eran caprichosas y que el estilo “personal” no siempre riñe con la seriedad con la que se debe tratar un tema.

Yo en cambio, siento que usted se lo esta tomando como un ataque personal o algo así, y de hecho me trata de manera displicente y descortés cuando yo nunca he utilizado dicho tono.

Me queda claro que las cosas se hacen como a usted le parece, gústeme o no y para bien o para mal el debate esta fuera de lugar y las posiciones disidentes no son bienvenidas.

Conclusión:

Después de una discusión telefónica el asunto se resuelve de manera amigable y se logra un consenso: se publicará un “a favor y en contra”sobre el tema, una vez se consiga un retador, y tendrá una introducción neutral escrita por la redacción de la página. Como diría Bush: Bring ´em on!

Amanecerá y veremos.

2 comentarios:

Felipe dijo...

Jeje me divertí bastante con su insistencia. Se le abona eso. Voy a empezar a mandar escritos a los medios y a joder hasta que me las publiquen.

Saludos

Pd. Todos los medios de comunicación tienen una agenda política en el fondo. No lo tienen que aceptar, se nota simplemente leyéndolos.

Apelaez dijo...

Gracias por el comentario, es así, joden bastante y sin mucho fundamento la verdad. Gracias a dios uno no vive de esto